Las consecuencias de dejar todo para después

Muchas personas muestran incomodidad ante la idea de que alguno de sus familiares, pareja, amigos, seres queridos, no les presta toda la atención que quisieran o que no les traten como se merecen. Sienten que no es suficiente, que no lo hacen de forma adecuada o que no reciben lo que esperan ya sea que la persona de la que se quejan esté dando todo y más.

En este punto suelo preguntar: ¿Y tú, te prestas atención a ti mismo/a, te cuidas a ti mismo/a, te amas a ti mismo/a…?, ¿Cómo te tratas a ti mismo/a? ¡¡¡¿Tienes acaso tiempo para tratar contigo mismo/a?!!! …

Usualmente en estos casos actúa profundamente el mecanismo de proyección por el que proyectamos en los demás nuestras propias carencias y creemos que son los demás lo que no nos dan lo que necesitamos cuando nosotros somos profundamente incapaces de dárnoslo a nosotros mismos. Además suele haber un gran vacío existencial que nada ni nadie puede llenar, por mucho que los demás se entreguen, pues este vacío solo lo puedes llenar tú, aunque creas lo contrario.

Aquí la decisión es clave, ¿prefieres ser dueño de tu vida manejando tu mundo interno para así poder manifestar lo que deseas en el exterior o, prefieres ser la víctima de las formas de los demás y seguir echando la culpa y la responsabilidad de tu desdicha afuera ?

Superficialmente hablando uno puede decir que sí se cuida, que sí se dedica tiempo y atenciones… Pero cuando tu entorno y la forma de comportarse que tienen los demás contigo dice lo contrario… Examínate, porque es bien probable que te estés dejando continuamente para más tarde: cuando solucione esta situación haré lo que me gusta, cuando tenga tiempo iré al psicólogo, más adelante aprovecharé tal o cual oportunidad… En resumen, cuando atienda todo y a todos me atenderé a mi.

Esta es la gran trampa de la procrastinación, dejar todo para después, para más adelante, para cuando… La lástima es que ese momento nunca llega, porque siempre habrá algo prioritario que atender, ya que tú no eres tu prioridad y vas cediendo tu propio lugar a cualquier cosa que se ponga por delante, perdiendo oportunidades y convirtiéndote en la gran Reina o Rey del Hielo, alejándote cada vez más de tus sentimientos, de tu sensibilidad, de tus necesidades y por tanto del gozo y el bienestar. Construyes todo hacia afuera pero terminas vacío/a por dentro, carente de sentido.

En este sentido, si los demás no te prestan la atención que necesitas o no te tratan como te mereces, bendice el regalo de que exista la posibilidad en el mundo de ver fuera lo que tú no te das a ti mismo/a.

La relación que marca la diferencia entre unas relaciones sanas y satisfactorias, es la relación que tienes contigo mismo/a.

Si quieres tener otros resultados en tus relaciones y en tu vida en general, comienza por ti. ¡Sé tu mayor prioridad! Porque solo así puedes de verdad entregarte a la vida y a los demás.

Si quieres profundizar en este y otros temas, pide tu cita aquí.

 

Con amor,

Patricia.

Imagen: La Reina del Hielo, Symbolon.