Cómo afecta a tu vida y cómo deshacerte definitivamente de ella

La culpa es un tópico que hunde sus raíces en lo más profundo de nuestra humanidad. Muchos de nosotros a simple vista pensamos que no nos sentimos culpables, pero si realmente profundizas te darás cuenta de que la culpabilidad sencillamente está tan impregnada en ti que te has acostumbrado a vivir con ella.

Así pues, la culpa es el sentimiento que permanece cuando una persona ha sido juzgada o se ha juzgado a sí misma por haber realizado una acción que teóricamente va en contra de lo moral o éticamente correcto.

Donde hay un culpable, siempre hay una víctima y donde hay una víctima, siempre hay un culpable. En la vida cotidiana si observamos con detalle podemos ver claramente que estos papeles se van intercambiando sin fin porque ambos miembros del binomio están afectados por el virus de la culpa. Al estar profundamente impregnados no queda otro remedio que cumplir con el rol y el intercambio de papeles infinito.

En este punto y para entender el por qué, te recomiendo que busques una situación por la que te hayas sentido culpable. A continuación, me gustaría que observaras cuáles eran tus razones para hacer aquello que hiciste. Seguramente como razón hallarás otra situación o persona a la que culpas de tu reacción, convirtiéndote así en víctima. La cadena es infinita. ¿Observas el juego?

Yo propongo salir de la visión limitada de esta dualidad víctima-culpable y del “gana quien tiene la razón” para entrar profundamente en la inocencia de quienes somos realmente. Mientras sigamos enganchados a estas erróneas versiones de nosotros mismos, nos privaremos del crecimiento y bienestar que realmente necesitamos. Si eres el culpable, merecerás castigo y nunca podrás conseguir aquello que tanto anhelas; si eres la víctima, quedarás desempoderad@ y te acostumbrarás igualmente a vivir una versión minimizada de ti. Renuncia a la tendencia de culpar a otros, y así a la tendencia de culparte a ti mismo.

Por su parte, el culpable necesitará buscar un castigo o un autocastigo que en esencia son lo mismo pues tú eres creador de tu propia vida. Así pues, existen muchas formas de conseguir este fin. Por ejemplo podrías castigarte con el mismo sentimiento de culpa, con la familia teniendo una madre que te hace la vida imposible, con las relaciones no encontrando la pareja que buscas, con el dinero no teniendo suficiente para lo que deseas, con el trabajo soportando a un mal jefe o sencillamente pegándote tropecientos golpes al día con los muebles de tu casa. Como ves, la culpa es uno de los motores de tu infelicidad y necesitas deshacerte de eso.

La forma para salir de este ciclo y dejar de sabotearte la vida, es reconocer al cien por cien tu inocencia y la de los demás y eligiendo salir del bucle. Simplemente con este pequeño-gran acto de conciencia hacemos mucho, aunque existen muchas y variadas técnicas para acelerar el proceso. Cuando entras en la inocencia, no se presentan más situaciones en tu vida que te hacen sentir culpable, simplemente porque tú de base, no te sientes culpable. Asimismo, aprenderás a no culpar a otros, renovando y facilitando tu vida y sobre todo, tus relaciones.

Tú mereces sentirte inocente.

Existen muchas técnicas para salir de este patrón y vivir libre y en paz por fin. Si quieres profundizar en este y otros temas, contáctame y te explico en detalle.

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Con amor,

Patricia.

Imagen: El maestro, Symbolon.